Los tratamientos para eliminar tumores a través de quimioterapia, radioterapia y cirugía afectan casi siempre al cabello. Aunque muchas veces los pacientes sometidos a este tipo de terapias vuelven a recuperar el cabello perdido, las secuelas pueden ser más complejas y permanentes. En general, la quimioterapia debilita el cabello mientras que la radioterapia lo atrofia provocando una pérdida definitiva.

En Clínica Salagaray ayudamos a nuestros pacientes a mejorar su cabello después de todos los tratamientos de oncología y les acompañamos antes y durante todo el proceso hasta que recuperan su imagen.

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